Breve Historia del Socialismo Democrático.

junio 18, 2013 at 6:29 pm (Uncategorized)

Breve Historia del socialismo democrático

Anarella Vélez Osejo

La historia del socialismo democrático está vinculada a las luchas de mujeres y hombres por la conquista de la justicia social.  Cuando se hace un recorrido por los procesos sociales que han producido el pensamiento humano se puede fácilmente a la conclusión de que la salvación de la humanidad se encuentra en el socialismo.

La primeras manifestaciones de esta propuesta se llamó socialismo utópico y falansterio.  Carlos Marx y su compañero y amigo Federico Engels  retomaron el espíritu critico de estas propuestas y realizaron un estudio del sistema capitalista y descubrieron el carácter de sus contradicciones y plantearon los procesos que generarían su transformación en un sistema diferente.

Es importante señalar que en 1845 Marx escribe su famosa Tesis Sobre Feuerbach, la más conocida de ellas, la XI, que dice que los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo.  A partir de los acontecimientos conocidos como la Revolución de 1848 en Alemania, que más tarde se extiende a toda Europa,  con las que llegó a su fin el antiguo régimen y  cuyo carácter fue el nacionalismo y el liberalismo. Esto unido a las primeras manifestaciones del movimiento obrero,  elementos de los que parten Marx y Engels para  formular la propuesta que reemplazaría al socialismo utópico.

Desde 1848 estas ideas han  sido por más de un siglo el motor ideológico de las grandes transformaciones sociales. En 1864 y 1872 Marx lidera la organización de la primera y la segunda internacional socialista, como efecto directo de los acontecimientos de 1848.

Sin embargo es necesario reconocer que este no ha sido un planteamiento homogéneo y que las ideas expuestas originalmente se han ido completando con el tiempo y a partir de la praxis misma. El primer país en el que lleva a la practica el concepto de socialismo marxista es Rusia. El dirigente revolucionario Lenin es quien encabeza esta insurrección y crea un concepto muy particular de la participación del Estado en la vida de la sociedad, este tipo de socialismo es el que se impone en varios países,  como China o los países del Este.  Hoy sabemos que este socialismo desalentó la creatividad  y la laboriosidad social.

Una de las más destacadas socialistas, Rosa Luxemburgo, que inmortalizaría la frase de Socialismo o barbarie, miembra fundadora del Partido Socialdemócrata Alemán nos dejó un maravilloso legado en las páginas de La Igualdad, periódico constituido totalmente por mujeres. Ella logró ver el estancamiento económico y la crisis de la revolución rusa muy tempranamente. Pregonó muy tempranamente el valor de la capacidad imaginativa y la espontaneidad de las clases populares.

Es Luxemburgo quien planteó que la libertad sólo para los que apoyan al Gobierno, sólo para los miembros de un partido (por numeroso que éste sea) no es libertad en absoluto. La libertad es siempre y exclusivamente libertad para el que piensa de manera diferente.  Y también dejó dicho que en el lodo de la sociedad capitalista no puede crecer ninguna hierba medicinal que ayude a curar la anarquía capitalista. Ellas es la creadora del concepto de Socialismo Democrático y es quien otorga un papel preponderante a las masas, a los sindicatos y  replantea el papel de las grandes y pequeñas empresas privadas.

Los líderes de América Latina del siglo XXI han cuestionado el tipo de socialismo autoritari0.  Entienden que en ello reside la explicación de su fracaso y consideran que en aquellos países en las que el Estado participa integrando a las iniciativas de las pequeñas empresas funcionando con su fuerza creativa y a la par mantienen una propuesta ideológica que permite crear un proyecto que implica una serie de reformas. En Brasil, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Nicaragua, se parte de   que al generar un dinamismo económico acompañado de una mejor distribución de la riqueza basada en un profunda reforma social, se creará una sociedad justa y equitativa.

Esta nueva reforma social aún no se ve,  pero  se funda en un nacionalismo que cuestiona la intervención extranjera y genera gobiernos que controlan, a través de las nuevas constituciones, con una base social muy amplia en la búsqueda de soluciones de los problemas sociales concretos. Son estos gobiernos latinoamericanos quienes  han dado un nuevo contenido al concepto de socialismo. Este se diferencia del capitalismo de libre mercado y del socialismo real. Se distancia del concepto stalinista del socialismo, que concentraba todo el poder en el Estado.

El socialismo democrático se sostiene sobre cuatro pilares: El desarrollo democrático y regional, la economía de equivalencias, la democracia participativa y protagónica y  las organizaciones de base. En el socialismo democrático  debe fortalecer al Estado a fin de que sea éste el que oriente el desarrollo. La economía no debe seguir funcionando para que unos pocos se enriquezcan empobreciendo a la mayoría.

Esta propuesta cuestiona la economía que se basa en el precio del mercado y por el contrario, se funda en una visión de la economía de valores, en el valor del trabajo y el producto y su relación con la oferta y la demanda.  Se conserva la iniciativa privada y mantiene la estructura del Estado republicano, la división del Estado en tres poderes y   los procesos electorales que le dan base social al mismo. Es importantes señalar que para el socialismo democrático se trata de concebir el Estado como un ente regulador de la economía.

La Economía en el socialismo democrático no se planifica según los intereses de una oligarquía voraz y deshumanizada, si no al contrario, es un socialismo que mantiene en la economía la iniciativa privada con un interés social. El papel del Estado es ético y vigila por la participación de aquellos sectores históricamente marginados a través de políticas asistencialistas, haciendo énfasis en la educación, en la salud, los servicios públicos y en la promulgación de una cultura de protección de los derechos del pueblo, de las mujeres, de las minorías marginadas.

Busca una economía que,  sin monopolios y con un Estado eficiente y no corrupto,  promueva precios justos de los productos, determinando dónde invertir y por cuánto trabajar, cuánto y qué comprar y por tanto ordenar la vida productiva. El socialismo democrático busca,  en materia política,  profundizar la democracia, teniendo como principios la soberanía popular. Esta es el efecto del modo en que se elige a los representantes ante los partidos políticos y el parlamento.  En la soberanía social representada a través de los sectores económicos como los sindicatos.

Esta democracia basada en la intervención de todas las personas, dicho de otra manera, en la  participación popular, y considerando que todo esto debe ocurrir  en el contexto de la globalización, debemos alcanzar un grado intervención popular caracterizado por la flexibilidad de adaptación de la ciudadanía a las nuevas condiciones con ideas innovadoras. También aquí debemos extender el poder de la ciudadanía al veto, es decir que el pueblo puede encausar a aquellas/os gobernantes que nos son eficientes.

En este escenario debemos decir que el éxito de nuestro proyecto depende en gran medida del modo en que nuestra educación nos permita encausar el autocontrol en el contexto del trabajo productivo, en las reuniones vecinales, en donde se determina cuando y por quienes debe prestarse los servicios.

Nuestra compañera candidata a la presidencia, Xiomara Castro,  ha dicho que nosotras estamos construyendo la única senda que nos salvará de la profunda crisis en la que el capitalismo neoliberal,  hetero-capitalista y  patriarcal nos ha sumergido.  Ha expresado que ya no nos enredamos con el discurso tradicional de la oligarquía, nos enfilamos hacia la refundación de nuestra Honduras.

Ella ha declarado que en LIBRE  profesamos el socialismo democrático que no ha sido elaborado en un laboratorio, y no buscamos la igualdad por decreto, ni la libertad sin pan, en nuestra organización esta ideología la hemos aprendido en la praxis de nuestras compañeras/os y caídos en nombre de la solidaridad.

Nuestra revolución pacífica y socialista democrática sólo podemos alcanzarla mediante el poder político. Por ello LIBRE lucha por vencer a la oligarquía en las urnas. Para ello promovemos el respeto a la diversidad, la solidaridad, el altruismo. Las luchas no nos permiten fallas….la lucha es en contra de la pobreza y la corrupción. No podemos dejar de indignarnos frente a la inequidad. Por ello en Honduras se camina hacia la refundación del Estado.

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Mujeres, política y medios de comunicación

junio 18, 2013 at 1:10 am (Uncategorized)

Mujeres, política y medios de comunicación

 

Anarella Vélez

 

Hoy en día todas y todos coincidimos en que   es necesaria una comunicación crítica que no se resista  a la aplicación de la Ley de Igualdad de Oportunidades para la Mujer, creada  según el Decreto No. 34-2000 de  28 de abril del 2000.  De acuerdo con esta normativa el Estado es responsable de eliminar todos los obstáculos que se oponen a la participación plena  de las mujeres en todas las esferas de la sociedad.

 

Esta normativa es contundente  es su artículo 2.  En él se señala que en  los medios de comunicación se debe evitar la discriminación de las mujeres, es decir que no se las excluya o restrinja por razones de su sexo. Sin duda alguna,  la práctica periodística mejoraría si se asumiera con la debida seriedad esta normativa.

 

Ello adquiere mayor trascendencia en estos tiempos de campañas políticas y cuando estamos a las puertas de un interesante proceso electoral en el que participa una mujer como candidata a la Presidencia por un nuevo partido político, Libre.

 

Las lectoras nos encontramos con un periodismo que no visibiliza a las mujeres y que reproduce un discurso hegemónico que evita poner en práctica esta ley  y que, además,  es incoherente  en un escenario de supuesta apertura democrática como el actual.

 

Hoy por hoy tenemos la certeza acerca de que los medios  asumen el fenómeno comunicativo con una óptica sexista, que contribuye a construir imágenes de las mujeres reñidas con los derechos de ellas. La perspectiva de equidad y de igualdad deberá posicionarse en el discurso periodístico o corre el riesgo de quedarse en el pasado.

 

La democracia contemporánea no puede entenderse sin la  igualdad  de género, sabemos que las buenas prácticas en esta materia garantizan más progreso y bienestar para la sociedad en general. La radio, la televisión y la prensa escrita deben comprometerse con el estricto cumplimiento de esta Ley. Debe contribuir a romper con los estereotipos y cumplir con el establecimiento de las cuotas.

 

No podemos conformarnos con lo que tenemos ahora. Esta democracia no es tal si no es igualitaria, particularmente cuando consideramos que esta ley tiene ya más de diez años de estar en vigencia. No podemos seguir admitiendo que los trabajos históricamente ejecutados por las mujeres sigan siendo descalificados a pesar del hecho de que han constituido fundamentales recursos  en la reproducción del sistema capitalista, como lo han sido los trabajos del ámbito privado o doméstico.

 

Creemos firmemente en que el tema de la igualdad entre mujeres y hombres en el espacio de lo político debe ser abordada con apego a la ley. Los periodistas deben apropiarse de esta normativa para que los contenidos de cualquier información no la violente. Los medios también deben mejorar sus prácticas  y asignar iguales espacios a hombres y mujeres, reduciendo la brecha de representación de la presencia de los hombres en la sociedad, que es desproporcionadamente mayoritaria.

 

La tendencia es a reducir la representación de las actividades de ellas a cuidadoras, amas de casa, esposas, madres o hijas.  Peor aún, representando estas mismas actividades como propias de seres incapaces de ejercer otras, aquellas que se ubican en el terreno público, hasta ahora dominado por los hombres.

 

Por ello es de suma urgencia que desde los medios de comunicación  se considere que,  a fin de lograr la igualdad entre mujeres y hombres,  se amplíen  los campos de representación de ellas con el objetivo  de alcanzar un mayor reconocimiento y respeto para las mujeres, representándolas en todos los sectores productivos y niveles jerárquicos y de responsabilidad.

 

Por esta razones, los medios deben garantizar que cualquier información de interés político acopie de manera equilibrada los testimonios, las opiniones y las declaraciones de las mujeres y de los hombres, en condiciones de equidad e igualdad.

 

 

 

 

 

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Cultura y política

junio 18, 2013 at 12:53 am (Uncategorized)

Cultura y política

 

Anarella Vélez

 

Históricamente, las nociones de cultura y política van de la mano con la construcción del Estado Nacional. En este devenir la pregunta de:  ¿qué es ser hondureña/o? ha sido el eje conductor de la búsqueda de una explicación de nuestros orígenes y nuestros rasgos culturales propios. Por ello,  reflexionar en torno a la situación de la cultura en Honduras  supone un examen de  la sociedad en su proceso de cambio.

 

Vale reconocer que estas reflexiones parten de la convicción de que en la actualidad  coexisten formas nuevas de producción de la cultura que se mezclan con las tradicionales e históricas, y que esta compleja realidad genera públicos distintos y también,  otro modo de presentación de estos productos culturales ante la sociedad.

 

Por otra parte,  se debe entender  que este proceso de  producción, distribución, circulación y consumo de bienes culturales  en el contexto de la globalización adquiere particulares formas de expresión y que ésta especificidad afecta  a la cultura en sus múltiples manifestaciones. Las políticas públicas no pueden desconocer estas transformaciones del nuevo siglo.

 

Así mismo, el neoliberalismo y la denominada crisis económica internacional, que no es más que un reacomodamiento del sistema,  también tienen un impacto en los discursos culturales que dan paso al resurgimiento  de las identidades restringidas o culturas marginales, las cuales se definen y redefinen,  ya que no son rígidas ni inamovibles, y poseen rasgos de consumos globalizados, los  que,  en una sociedad democrática deben ser consideradas como parte de la vitalidad de la cultura hondureña.

 

La ciudadanía de nuestro  país tiene plena conciencia acerca de la inexistencia atávica de  una política de Estado para el desarrollo de la cultura, de ahí que hasta hoy, no encontramos bien definidos sus límites, sus imaginarios. En este mismo orden de cosas, la educación pública no ha jugado el papel tradicional de homogeneizar valores, identidades, subjetividades. Le ha dejado este papel a la iglesia.

 

De suerte, la sociedad civil ha contribuido a generar proyectos sociales y culturales, y tras el golpe de Estado del 2009, se ha gestado un nuevo público con nuevas demandas y exigencias de ofertas culturales que ha derivado en un campo cultural autónomo, que logra saltar sobre las barreras que le imponen las instituciones del  Estado y va más allá, se trata de una producción cultural que se insubordina ante el modelo económico y político que le impone obstáculos.

 

Estas nuevas propuestas cuestionan las connotaciones ideológicas que subyacen a la división entre cultura popular y cultura de élite, tan profundamente vinculada a una visión de la historia que contrapone la civilización a la barbarie. Esto ha generado un discurso artístico, cultural, profundamente marcado por la política, a pesar del castigo económico por el que atraviesa la sociedad hondureña.

 

Desde el sector cultura, se cuestionan las políticas de privatización de lo que deberían ser  empresas públicas, como aquellas de divulgación cultural –museos, medios de comunicación, entre otras- que ha reflejado la debilidad del Estado en el sentido de no establecer normativas claras al respecto.

 

Y lo más grave aún, es la descomunal diferencia entre el presupuesto asignado a la Secretaría de Seguridad y a la Secretaría de Defensa y la Secretaría de Cultura Artes y Deportes (SCAD), mientras a las dos primeras se le conceden L. 7,785,427,629 a la SCAD se asignan L. 238,818,556. Por estas razones, la ciudadanía está  convencida que la política cultural debe ser revisada para alcanzar lo que actualmente se denomina democratización de la cultura.

 

Hoy en día nadie duda que  uno de los elementos que  contribuyen al desarrollo de los pueblos es la inversión  en este sector. Nuestra Nación está conformada por diversas nacionalidades y etnias y se nutre de los diferentes aportes de la sociedad. Los aspectos de mayor trascendencia a la hora de abordar esta problemática es el de la conservación y el desarrollo de la identidad cultural en su diversidad.

 

Una Secretaría de Cultura,  para que sea funcional y eficiente,  deberá  ser dotada de facultades y de una estructura organizacional que permita gestionar, crear políticas culturales y desarrollo social de calidad, para lo cual es conveniente conocer las propuestas, demandas y criterios  del sector,  a fin de formular los conceptos claves necesarios para generar una visión de las políticas públicas de la cultura que responda a las necesidades de toda la ciudadanía.

 

 

Contacto: gloriaavelos@gmail.com

 

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